Diario del Juicio
Lugar para la memoria
En la centésima quinta audiencia del Juicio de las Brigadas del Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno de Avellaneda brindaron declaración Néstor Raúl Barberan, Manuel Casco, Marcelo Casco y Eduardo Luis Nieves. Los testigos dieron testimonio sobre los casos ocurridos en la Brigada de San Justo.
Redacción
El primer relato está a cargo de Néstor Barberan. En 1978 vivía en el Complejo N°17 de La Matanza conocido como Miguel de Güemes. “Había una tensión ya en el barrio”, comenta.
A sus 11 años vivió el secuestro de su padre Roberto Atilio Barberan. Explica que una noche personal uniformado irrumpe en su domicilio y, al ingresar, golpean a su mamá quien, producto del traumatismo, se desmaya.
“Escuchamos todo. Los golpes, las preguntas, las torturas”, explica y agrega que él se encontraba con sus tres hermanos.
«Vimos cuando lo llevaban a papá”, recuerda. A Roberto Atilio Barberan lo encapuchan, lo arrastran hacia afuera de su domicilio y se lo llevan desnudo en un falcon. Tres años después del hecho vuelven a tener noticias de él.
Barberan recuerda haber presenciado otros secuestros. En cuanto al Dr. Euman declara que mientras jugaba a la pelota a pleno sol observa cómo varios autos ingresan al barrio y después ve a la víctima gritar mientras lo persiguen hombres con armas.
En referencia a Manuel y Marcelo Casco menciona que oye disparos dentro de la casa y luego se entera que asesinan a su perra porque no dejaba de ladrar.
Su familia fue la primera, junto a las Madres, en hacer la emblemática ronda alrededor de la Pirámide de Mayo a modo de protesta y reclamo por el destino de sus hijos desaparecidos.
Recorren diferentes comisarías solicitando información sobre el paradero de su padre pero siempre reciben una respuesta negativa. Las noticias que obtienen eran producto del intercambio de información entre familiares de desaparecidos.
Antes de finalizar su relato expresa que está «muy agradecido por colaborar con la causa». Sin embargo, manifiesta que hay situaciones que no va a poder reparar jamás.
Clavado en la memoria
La segunda declaración está a cargo de Manuel Casco quien tenía 11 años cuando su papá, de igual nombre, fue secuestrado.
Su padre era el vicepresidente de la Comisión Barrial que había construido una salita de primeros auxilios donde se atendía gratuitamente.
La madrugada del 1 de mayo de 1978 ingresan a su casa policías, militares y civiles. Allí se encontraban sus tres hermanos, su madre Mabel Aranda y su padre. «Papá se resistía», recuerda.
Rompieron todo, les robaron y pegaron, incluso a Manuel a pesar de que era un niño. La vivienda se encontraba rodeada mientras los vecinos gritaban. “Lo tengo clavado en la memoria lo que nos han hecho», revela.
Casco estuvo secuestrado en la Brigada de San Justo y en Puente 12 aproximadamente un año. Lo torturaron, lo picanearon en los testículos y le quemaron los brazos con cigarrillos. “Lo han destrozado como persona», enfatiza.
Respecto al secuestro de Atilio Barberan, que era amigo de su padre, el declarante indica que “se lo llevaron desnudo y le pegaban”. Ante los reclamos de los vecinos los militares respondieron con disparos.
El testigo relata el encuentro con uno de los secuestradores de su padre en el barrio. Según sus investigaciones se trata de un Sargento de Inteligencia de Infantería que era familiar de un vecino. Este hombre nunca negó la acusación y le apuntó con un arma. «Lo primero que quiso hacer es escaparse¨, explica.
Al finalizar el relato manifiesta su deseo respecto a la Brigada: “Ojalá que ese lugar lo hagan para la memoria.”
Estoy muy orgulloso
La tercera declaración está a cargo de Marcelo Casco quien a sus 8 años presencia diferentes secuestros.
Su madre no le dejaba ver qué sucedía cuando se escuchaban gritos o golpes pero recuerda que, durante el secuestro del Doctor Euman, pudo mirar por la ventana y ver varios falcon verdes, una jeep y un camión grande.
Durante el secuestro de su padre uno de los hombres lo mantiene en una habitación ya que él quería impedir que robaran el dinero de la familia. “Cuando me quería levantar me pisaban”, detalla.
Luego de la desaparición de su progenitor comienza la búsqueda de información para dar con su paradero. Recorre la Comisaría de Ciudad Evita, de Madero, Puente 12, la Jefatura de Policía de La Plata y la Base Militar de Ramos Mejía.
Tiempo después su padre apareció. Explica que él tuvo la posibilidad de exiliarse a Holanda y Venezuela pero no quiso exponer a su familia. «Estaba muy distinto, no hablaba, no quería hacer nada”, cuenta.
“Estoy muy orgulloso de mi viejo», afirma emocionado al final de su relato.
Yo no tenía nada que ver
El último testimonio de la fecha está a cargo de Eduardo Luis Nieves quien era militante de la Juventud Comunista de Lanús y debido a la desaparición de compañeros decide cambiar su domicilio por seguridad.
El 29 de diciembre de 1977 visita a Jorge Farsa en Lanús Este y un grupo armado, que se identificó como Fuerzas Conjuntas de Seguridad, los esposa, venda y traslada.
A sus 23 años es encarcelado junto a Ana María Garner y Norma Martínez, su ex esposa.
El testigo detalla que primero está en una celda grupal y luego lo trasladan solo a un calabozo donde las torturas eran constantes, no le dan de comer y durante cuatro días solo ingiere un poco de agua.
“Me hacían preguntas sobre armas, sobre los montoneros. Cosas que yo completamente desconocía”, relata.
Durante su estadía escucha cómo torturaban a personas que decían ser montoneras. Según recuerda los iban a matar porque “estaban muy comprometidos”. Estuvo secuestrado 14 días hasta que lo liberaron en Villa Soldati.
Al finalizar su declaración explica que tiene la certeza de que después de su liberación siguió estando vigilado.
La próxima jornada del Juicio oral y público tendrá lugar, de manera virtual, el martes 30 de mayo donde prestará declaración Miguel Berenstein.
Con la cobertura de Lucila Comas.