Opinión
La pobreza, la salud y la educación no son bienes de mercado
Jorge Rachid asegura que "el peronismo y las fuerzas populares tienen por delante un doble desafío, ganar la batalla y construir la victoria estratégica. El enemigo tiene en claro los suyos en su diseño estratégico para nuestro país y la región, “su patio trasero”"
Por Jorge Rachid
El mundo que se ha convulsionado por la crisis Pandémica, mostró en el transcurso de la misma, que las políticas de Mercado como ordenadores sociales a nivel global, sólo permiten la acumulación de riquezas, la exclusión de las mayorías populares, sembrando hambre, miseria y matando a nivel mundial, convocando al desprecio por la naturaleza, al extractivismo infinito, llevando a la explotación sin límites los seres humanos y el consecuente maltrato de la Madre Tierra, en un combo explosivo, que sólo lleva a nuevos conflictos a escala planetaria, que se dirimirán desde ahora, en el campo de la política internacional.
Está sucediendo si se lee la geopolítica, en la cual los sectores duros de la mal llamada “derecha” plantean que se acabaron los centros, como las políticas del Estado de Bienestar o keynesiano del siglo XX, como expresión de la moderación política que expresaba en su momento el capitalismo renano, anterior a la política económica del famoso “derrame” neoliberal, que planteaba la apropiación del trabajo humano, pero en un marco de una precaria conservación, cada vez más marginal, de la Seguridad Social anterior, solidaria que fue desmontada por las aseguradoras y el lucro, pero que garantizaba algún alivio transitorio y paliativo, no estructural de la población.
En estos tiempos son los sectores Filonazis, Libertarios, Anarquistas que travestidos de antisistema, plantean una propuesta hacia los jóvenes, agitando una rebelión a las instituciones, siempre expresión del poder, en una democracia demacrada y debilitada, en la cual el ejercicio del mando se limita a estrechos márgenes de acción y sobre el cual, las nuevas generaciones embisten con sus propias utopías generacionales, cultivadas en 5 décadas de cultura dominante neoliberal. Pero en ésta etapa, en éste caso, promovidas por financiamientos direccionados en general con Fondos no claros (buitres) pero percibidos, llamados a combatir cualquier proceso de distribución de las riquezas, ante las legítimas convulsiones populares frente a las políticas de ajuste neoliberal, en todo el mundo.
Ese choque presentado como una expresión de la juventud, es en realidad un diseño político de los Fondos de Inversión a nivel global, herramientas de operaciones de servicios de inteligencia globales y grupos de poder concentrado, que han arrasado las soberanías nacionales y destruido la economía de los países, apropiándose de las empresas, desnacionalizando los ejes económicos soberanos y cooptando los medios de comunicación hegemónicos, incorporándolos a sus propias estrategias a nivel global.
Esa situación de ocultamiento de la información y de la direccionalidad de las noticias en función de sus propios intereses financieros, les permitieron a esos Fondos Buitres manejar el espacio simbólico de la conciencia colectiva de los pueblos, que comenzaron a naturalizar esas situaciones: la pobreza, la marginalidad, la indigencia, el desempleo como si fuesen situaciones lógicas en una sociedad, en especial las nuevas generaciones que nunca accedieron a las utopías revolucionarias descolonizadoras, hacia la construcción de sociedades más justas que anidaron en el siglo XX e inicios del XXl. Sin dudas una estrategia exitosa de un enemigo global, que se visualizó en toda su dimensión en Pandemia.
La naturalización de la pobreza como situación inmodificable del diagnóstico social, llevó a la política a gestionarla como estructural, antes que a combatirla para eliminarla, como plantea en su cuerpo teórico doctrinario, filosófico e ideológico el peronismo en su propuesta de construcción de un Modelo Social Solidario de Justicia Social promoviendo la construcción de Comunidad Organizada, una de sus propuestas estratégicas de construcción de Patria, junto a la Independencia económica y Soberanía política.
Así la pobreza sólo ha servido para apropiarse de los recursos volcados por el Estado a su gestión por parte de los sectores concentrados de la economía, como los formadores de precios, constituye un Estado al servicio de los proveedores, que se plantea siempre las respuestas necesarias ante el incendio, pero sin reconstruir los arrasado a futuro, dilatando una planificación estratégica que le permita ir desmontando las causas estructurales de la marginación y exclusión social, fortaleciendo la cultura de la dependencia y la dádiva, la beneficencia y el reparto. Esa es la diferencia entre el Estado como ordenador social, frente a un Mercado darwiniano, brutal e inhumano que siempre muestra las consecuencias pero nunca las causas del desamparo y el dolor social, porque necesita tener cooptada grandes masas de población marginal, para eliminar derechos sociales adquiridos en los incluidos.
Si la discapacidad, la muerte o al enfermedad crónica son tragedias en sí, cuando impactan en las poblaciones en situación de pobreza se transforman en dramáticas. Ahora deberíamos definir cuáles son los roles y los actores de una situación sobre-analizada, poco escuchada y mucho menos convocada a resolver sus propios problemas, que tienen ejes culturales familiares y sociales que desconocen los “paracaidistas polacos”, es decir quienes llegan en bandadas a los territorios marginales, con soluciones de probeta cuando se comportan como “poder institucional” o con instrumentos de resolución de temas puntuales, del momento si su militancia solidaria se expresa en cada momento. Ninguna de las dos versiones supera la posibilidad de lo coyuntural, sin llegar a atacar el tema de fondo, al no existir una estrategia de fondo, desplegada en el tiempo que afiance el camino hacia la eliminación de esa situación.
Veamos dos ejemplos al respecto, el primero expresado por Alicia Torres en su magnífico libro Reinvención de lo Comunitario: “Manuel comenzó a bajar su rendimiento en la escuela, su maestra en Iruya Salta, no podía explicarlo, fue a la casa y encontró una situación de pobreza, alcoholismo y maltrato importante, lo cual llevó a la misma a buscar alternativas, psicólogos y talleres de investigación para descubrir el cómo ayudar a Manuel, que no reaccionaba, hasta que un día después de mucho andar y para hacerla corta, la maestra fue a la casa y vio en el patio un caballo tirado con signos de enfermedad severa, la familia estaba alrededor como en velorio, era quien tiraba el carro de la subsistencia del cartoneo, que desde hacía tiempo venía declinando su función hasta que se cayó, por lo cual la familia se quedaba sin sustento, así que la maestra buscó un veterinario amigo que curó al animal”. Manuel necesitaba un veterinario o nadie había llegado al núcleo del problema de un chico que ya dejaba la Escuela para ir a trabajar junto a su padre, es la pregunta, pero también surge porqué ese padre cartonea sin trabajo fijo y esa familia no puede ser artífice de su propio destino. Bueno, esas respuestas debemos buscarlas en la acción del Estado, sin depender de acciones individuales y solidarias como esa maravillosa maestra. El Estado peronista no abre las oportunidades, equipara las condiciones, compensa las asimetrías sociales y geográficas, crea herramientas ampliando derechos hacia la Justicia Social plena.
El segundo ejemplo se refiere a las ocupaciones de tierras suburbanas, situaciones en las cuales el enemigo resuelve sin pudor: desalojo, represión, quema, prisión y palos defendiendo la “propiedad privada”. Eso hace el estado neoliberal, pero el problema es que hacemos nosotros gobernando ante esas situaciones: nos paralizamos, porque no está en nuestro ADN reprimir, pero no parece formar parte del manual actual superar “lo políticamente correcto”, lo cual lleva a dudar al estado entre desalojar, cumpliendo la orden judicial, negociar, trasladar o prolongar en el tiempo el conflicto. Pero un Estado peronista de Justicia Social compraría 60 hectáreas, las parcela, abre calles y le entrega a cada familia un título de propiedad de 10x10 para que sepan que en este mundo hay lugar para todos, con ellos incluidos. Es tan difícil ir en lo táctico hacia un camino estratégico de solidaridad social compartida construyendo Comunidad Organizada?
Romper las lógicas del Mercado, son el camino de reconstruir los sistemas solidarios de Salud y Educación, reinstalarlos en el consciente colectivo del pueblo como las herramientas indispensables de construcción de un Modelo Social y Productivo Solidario. Forma parte de una larga batalla cultural, postergada desde 1850 con Mitre y profundizada desde 1976 con la dictadura militar, que habilitó una democracia lánguida atada al Mercado por el Consenso de Washington, que profundizó estructuralmente la pobreza en la región, atacó los sistemas solidarios, introdujo el lucro y la mercantilización de los mismos, privatizó en el inconsciente colectivo los derechos construidos por generaciones, cambió los paradigmas de prevención por la cronificación de las enfermedades, hizo de la pobreza una “enfermedad social” con tratamientos diversos que como en la medicina nunca curan, siempre alargan en su padecimiento porque generan recursos. Precarizó a los trabajadores de esos sectores, profesionales incluidos, llevándolos a una situación de dependencia prestacional en función de la ganancia. Esa es la radiografía del Mercado como ordenador social, la Pandemia lo mostró en su peor rostro y lo hirió conceptualmente, sólo a salvo por la cobertura mediática cómplice de su accionar.
El Frente de Todos, el peronismo y las fuerzas populares tienen por delante un doble desafío, ganar la batalla y construir la victoria estratégica. El enemigo tiene en claro los suyos en su diseño estratégico para nuestro país y la región, “su patio trasero”y los conocemos, llamando la atención que pese a ese conocimiento eludamos la confrontación de fondo, que crea conciencia popular, moviliza la militancia, plantea banderas estratégicas, acorrala al enemigo, lo hace revisar sus propias tácticas, mientras nosotros Pueblo y Gobierno, superando la guerra Pandémica, comenzando un proceso franco de reconstrucción económica y social, en tanto nos fortalecemos en la reconstrucción del UNASUR-CELAC, de la Patria Matria Grande recuperando la tierra como matriz de riqueza compartida, enarbolando la cultura americana, mestiza, morena, criolla y profunda, que es la llave del proceso de Liberación Nacional que derrote definitivamente la colonización y la dependencia, por eso la contradicción principal sigue siendo Patria o Colonia.
Texto publicado en PRIMERO LA PATRIA > www.lapatriestaprimero.org